Si colocamos a una cría de mono enfrente de dos humanos que no conoce, uno que le sonríe y otro que no, el animal se irá siempre con el primero.
Motivo: la sonrisa es el pegamento social. Es un acto instintivo y natural
¿Sabíais que cuando sonreímos activamos determinados músculos de la cara que están involucrados en la liberación de endorfinas? Para el que no lo sepa, las endorfinas son hormonas que están relacionadas con el placer, el bienestar personal y la mitigación del dolor, por lo que eso hace que nos sintamos mejor física y emocionalmente.
“Si crees que tu sonrisa no vale nada, regálala, porque nadie tiene más necesidad de una sonrisa como quien no sabe sonreír.”
Sabías que con solo hacer la “mueca” de la sonrisa es suficiente para empezar a sentirse bien, porque se ejecuta en nuestro cerebro un proceso bioquímico, donde se combinan al menos siete hormonas, como la oxitocina, dopamina, serotonina, endorfina y prolactina, cuando todas ellas se involucran, dan un sentimiento de estar supremamente dichosos y feliz”, cualquier minuto que decidas sonreír será muy beneficioso.
Las endorfinas bajan con el mal humor, la preocupación, la angustia, la tristeza, esto empeora la circulación y da originen a problemas mayores. Lo que pasa por tu mente es muy importante para tu salud, circunstancias o pensamientos negativos, todo el tiempo, potencian la incidencia que te enfermes. Por lo que al sonreír, nuestra recuperación de eventos antes pasados, es más rápida.
La sonrisa involucra varios músculos de la cara, y es con la risa que se mueven unos 450 músculos, se activa el corazón y los pulmones. Al reir se olvidan los problemas, la mente queda en blanco. ¿Por qué sucede esto?, porque es imposible reírse y pensar al mismo tiempo. Cuando piensas no te puedes reír.
Para resumir...La sonrisa es algo que vale mucho y que no cuesta nada, es la luz de nuestro rostro, es algo que enriquece a quien la recibe pero sin empobrecer a quien la da y aunque la sonrisa dure escasos segundos, el que la recibe se siente mucho mejor y difícilmente la olvidará. Uno debe acostumbrarse a sonreír aunque esté triste, pues aunque sea triste la sonrisa, más triste es no sonreír.
Grache
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